Cada minuto que tus sistemas están fuera de línea puede traducirse en pérdidas significativas de ingresos y oportunidades. Imagina, por ejemplo, que eres el propietario de una tienda en línea. Si tus clientes no pueden acceder a tu sitio web debido a un ataque, buscarán alternativas rápidamente, probablemente dirigiéndose a tus competidores. Este tipo de interrupciones no solo afectan las ventas inmediatas, sino que también pueden dañar la reputación de tu empresa a largo plazo. Los clientes actuales podrían empezar a cuestionar la seguridad de sus datos personales y financieros, mientras que los potenciales clientes podrían pensar dos veces antes de confiar en tu negocio.
Pregúntate: ¿cuánto estás dispuesto a invertir ahora para protegerte contra pérdidas mucho mayores en el futuro? La respuesta a esta pregunta puede determinar la supervivencia y el éxito continuo de tu negocio.