Mejores prácticas de ciberseguridad

El hackeo que detuvo ventas, producción y afectó la reputación de Jaguar Land Rover

La digitalización ya no es un beneficio competitivo, sino el fundamento sobre el cual funcionan las compañías de todos los tamaños. Por lo tanto, el impacto de un ciberataque que tiene la capacidad de interrumpir operaciones críticas puede ser devastador.

El reciente suceso que dejó inoperantes a varias plantas de Jaguar Land Rover evidenció que no hay ninguna organización exenta de riesgos y que es imprescindible gestionar los riesgos de ciberseguridad para poder seguir funcionando.

¿Qué ocurrió realmente con Jaguar Land Rover?

A finales de agosto de 2025, Jaguar Land Rover sufrió un ciberataque que afectó sus sistemas centrales en el Reino Unido. La compañía tuvo que detener la producción en sus tres plantas británicas durante aproximadamente seis semanas. A continuación, se presentan datos minuiciosos sobre este ciberataque: 

  • Los costos directos reportados por JLR fueron £196 millones para el trimestre hasta el 30 de septiembre de 2025, atribuibles al incidente. 
  • Durante ese trimestre, JLR sufrió una pérdida antes de impuestos de £485 millones, frente a una ganancia de £398 millones en el mismo período del año anterior. 
  • Las ventas se desplomaron, los ingresos trimestrales se redujeron un 24%, a £4.9 mil millones. 
  • A nivel macroeconómico, se estima que el impacto en la economía del Reino Unido fue de hasta £1.9 mil millones debido al efecto del paro de producción y la caída en la cadena de suministro. 
  • Durante septiembre, la producción de automóviles en el Reino Unido cayó un 27%, en gran parte debido al ataque a JLR. 

Estos números subrayan que el ataque no fue un simple incidente de TI, sino un evento que afectó la operación, las finanzas, la cadena de suministro y la economía nacional. Y por ello, la gestión de riesgos de ciberseguridad debe considerarse una dimensión integral de la gestión del negocio.

La naturaleza del ataque también revela que la vulnerabilidad no necesariamente proviene del lado fácil (como un simple robo de datos), sino de la interrupción en la paralización de sistemas, de procesos de producción, de la logística de componentes, de la cadena de valor. JLR, al interrumpir sus fábricas, mostró que en la industria manufacturera la frontera entre lo digital y lo físico es muy difusa.

Además, la red de proveedores de JLR, estimada en alrededor de 5,000 empresas afectadas, muestra el alcance que puede tener un ataque no solo la empresa principal, sino múltiples niveles debajo que también sufren.

Este factor hace particularmente relevante la gestión de riesgos de ciberseguridad extendida a toda la cadena de valor.

¿Qué falló?

Al analizar lo ocurrido, podemos identificar varias fallas comunes que actuarán como advertencias para otras empresas:

  • Dependencia excesiva de sistemas centralizados sin planes de contingencia claros, cuando se cayó la plataforma, la empresa no pudo operar.
  • Tercerización de servicios sin visibilidad plena de la postura de seguridad del proveedor, ya que los atacantes a menudo entran vía un tercero.
  • Falta de segmentación de red cuando los entornos de producción, diseño y logística están interconectados sin barreras, un acceso puede propagarse.
  • Visibilidad insuficiente de la cadena de suministro digital, debido a que muchas organizaciones subcontratadas no tenían controles robustos, lo que permitió el efecto dominó.
  • Planes de respuesta a incidentes poco prácticos o poco ensayados, ya que la toma de decisiones se ralentizó, la comunicación fue compleja y la recuperación tardó.
  • Cultura organizacional débil en ciberseguridad sin entendimiento de la magnitud del riesgo, los controles pasan a segundo plano.

Estos puntos no son exclusivos de grandes empresas, sino muchas pymes y medianas empresas también los padecen.

Por ello, reforzar la gestión de riesgos de ciberseguridad debe empezar con una evaluación honesta de estos elementos.

Lecciones que toda empresa (pequeña, mediana o grande) debe aprender del caso JLR

Aunque JLR es un gigante automotriz, las implicaciones de su ataque son aplicables a cualquier organización que use tecnología para operar. Estas son las lecciones más importantes:

  • Los proveedores son parte del perímetro digital: Una empresa puede estar bien protegida, pero si un proveedor no lo está, ese es el punto de entrada. JLR lo vivió cuando su red de 5 000 empresas quedó afectada.
  • Si un sistema cae, todo puede caer: Las líneas de producción, la logística, la planificación, incluso las ventas, dependían de sistemas digitales. Una interrupción prolongada significó enormes pérdidas.
  • La continuidad del negocio depende de la ciberseguridad: En un mundo conectado, una interrupción digital puede destruir flujos de ingresos, atrasar entregas y erosionar la confianza del cliente.
  • La cultura organizacional es tan importante como la tecnología: Los empleados, los procesos y la gobernanza deben estar alineados con los objetivos de seguridad. La tecnología sola no basta.
  • La alta dirección debe involucrarse activamente: La gestión de riesgos de ciberseguridad debe estar en la agenda del directorio, el equipo ejecutivo y la junta. Sin compromiso estratégico, los recursos serán insuficientes.
  • La inversión en prevención es menor que el costo de recuperación: JLR gastó cientos de millones en remediar y recuperar. Si hubiera tenido controles más robustos antes, el impacto quizá habría sido menor.
  • El riesgo no solo es interno: La exposición también viene desde la cadena de suministro, los terceros, los socios. Por tanto, una visión de “extensión de perímetro” es esencial.

Para una empresa en República Dominicana, por ejemplo, que ofrezca servicios de integración de equipos, asesorías laborales o asistencia de procesos internos, aplicar la gestión de riesgos de ciberseguridad significa no solo proteger sus propios sistemas, sino también asegurar que sus clientes, proveedores y empleados participen en esa cultura de seguridad.

En conclusión, el caso de Jaguar Land Rover evidencia que los ciberataques actuales tienen la capacidad de desestabilizar por completo a una organización, afectando desde la operación diaria hasta la relación con proveedores y clientes.

Más que un problema técnico, se trata de un desafío empresarial que exige visión estratégica y una preparación integral.

En Never Off Technology, ayudamos a las empresas a fortalecer su gestión de riesgos de ciberseguridad para evitar interrupciones como las que afectaron a JLR. Nuestro enfoque combina prevención, respuesta y continuidad operativa para que las organizaciones sigan funcionando aun ante un incidente digital.

Ten la tranquilidad de
que tu empresa está protegida