Ciberamenazas actuales

Crecen los ciberataques, crecen las pérdidas… pero pocas compañías están listas para enfrentarlos

En un mundo en el que la tecnología se desarrolla rápidamente, las amenazas digitales también aumentan. Las compañías experimentan en 2025 pérdidas millonarias, o incluso billonarias, debido a ciberataques fomentados por la inteligencia artificial (IA).

Todo establecimiento, sin importar su tamaño, debe reconsiderar su perspectiva sobre la gestión de riesgos cibernéticos debido a que las consecuencias son tanto económicas como operativas y técnicas. 

IA como motor del cibercrimen

Durante años, los ciberataques fueron considerados un problema técnico o de expertos en sistemas. Hoy, la realidad es muy distinta, ya que la inteligencia artificial ha permitido que los ataques aumenten en volumen, se ejecuten con mayor velocidad y sean capaces de evadir defensas tradicionales.

Los datos más recientes pintan un escenario alarmante:

  • Los ciberataques están generando pérdidas anuales cercanas a los 10.000 millones de euros solo en Europa, y continúan creciendo.
  • El impacto económico global de la ciberdelincuencia podría alcanzar los 10,5 billones de dólares en 2025, más que el PIB de varios países combinados.
  • Los ataques de phishing han aumentado más del 1.200% debido a herramientas de IA que crean mensajes, audios o videos extremadamente convincentes.
  • En América Latina, el crecimiento de ciberataques ha sido del 108% interanual, convirtiendo a la región en uno de los blancos más vulnerables.
  • Más del 50% de los ciberataques actuales tienen motivación financiera directa, lo que confirma la profesionalización del cibercrimen.

Esto demuestra que el cibercrimen ya no es un fenómeno aislado ni una amenaza puntual, es una industria global, altamente lucrativa y respaldada por tecnología avanzada.

El impacto financiero real de un ataque cibernético

Para muchas empresas, especialmente aquellas que nunca han sido víctimas, el coste de un ciberataque puede parecer intangible o exagerado. Pero la realidad demuestra lo contrario, el impacto económico de un solo ataque puede durar años y dentro de los costos más comunes incluyen:

  • Pérdida directa de dinero.

Pagos de rescates, robo de fondos, extorsiones y fraudes automatizados.

  • Interrupción del negocio.

Un ataque puede detener producción, ventas, operaciones logísticas o servicios críticos.

  • Daño reputacional.

Clientes que pierden confianza, contratos que se cancelan, socios que prefieren trabajar con compañías más protegidas.

  • Gastos de recuperación.

Investigación, restauración de sistemas, pago de consultores, auditorías, refuerzo de infraestructura.

  • Sanciones legales y regulatorias.

Dependiendo del país, una filtración de datos puede resultar en multas millonarias.

  • Aumento de las primas de seguros.

Las aseguradoras están elevando costos para empresas sin controles sólidos.

El impacto no es lineal y, en algunos casos, especialmente en medianas empresas, un solo incidente puede llevar al cierre definitivo. De hecho, se estima que una gran cantidad de empresas medianas no sobreviven a un ciberataque severo.

Efectos operativos de un ataque cibernético

El impacto operativo de un ataque suele ser incluso más grave que el financiero, porque afecta el día a día. Los efectos más comunes incluyen:

  • Sistemas críticos apagados durante horas o días.
  • Colapso de la atención al cliente.
  • Interrupción de procesos de manufactura o logística.
  • Pérdida de acceso a datos esenciales.
  • Afectación a proveedores o socios estratégicos.
  • Daños permanentes en infraestructura digital.

En sectores como finanzas, salud, transporte o telecomunicaciones, incluso un par de horas de inactividad pueden tener consecuencias catastróficas, demostrando que la Gestión de riesgos de ciberseguridad no es solo un elemento de TI, sino un pilar de la continuidad del negocio.

¿Qué debe hacer una empresa para reforzar su ciberseguridad?

En primer lugar, comprender el riesgo al que se enfrenta la empresa es necesario para establecer una estrategia fuerte. Identificar los activos esenciales, detectar las vulnerabilidades y analizar cómo impactan distintos escenarios de ataque son pasos necesarios antes de invertir en herramientas.

Asimismo, es necesario establecer roles definidos, determinar métricas de control y llevar a cabo evaluaciones periódicas para corroborar el grado real de exposición. Además, incorporar estos componentes en la gestión de riesgos de ciberseguridad posibilita tomar decisiones fundamentadas en datos y no en hipótesis, lo cual asegura una gobernanza eficaz.

En suma, cualquier compañía puede ser atacada, a pesar de tener defensas sofisticadas lo que cambia la situación es la habilidad para reaccionar. Implementar arquitecturas, emplear la supervisión basada en inteligencia artificial y formar a los empleados para detectar amenazas son medidas primordiales.

También, garantizar la cadena de suministro, tener un plan para la respuesta y la recuperación, y llevar a cabo simulaciones regulares hacen que el negocio sea más resiliente. Asimismo, contar con un fondo de contingencia facilita la recuperación y disminuye el efecto de un suceso en hasta un 70%.

En conclusión, un entorno donde la inteligencia artificial acelera tanto la innovación como las amenazas, las empresas necesitan adoptar una mentalidad de anticipación constante. Prepararse no solo implica reforzar la defensa técnica, sino también desarrollar una cultura organizacional que valore la prevención, la agilidad y la toma de decisiones basada en riesgo.

En Never Off Technology, trabajamos junto a las empresas para que la ciberseguridad se convierta en una fortaleza estratégica y no en una preocupación constante. A través de un enfoque integral de Gestión de riesgos de ciberseguridad, ayudamos a que cada organización mantenga su infraestructura operativa, minimice vulnerabilidades y continúe avanzando con confianza, incluso frente a escenarios digitales cada vez más complejos.

Ten la tranquilidad de
que tu empresa está protegida